sábado, 20 de abril de 2013

Especial: El códice secreto

¡Hola a todos! El siguiente libro que reseñaré se llama El Códice Secreto y pertenece al autor Lev Grossman. Este libro también es novela histórica pero a diferencia de El Último Judío, este nos sitúa en la contemporaneidad con una problemática del pasado. Pero debido al gran número de temas y referentes históricos haré de este escrito un Especial de análisis.


El libro nos pone en la piel de Edward Wozny, el típico banquero neoyorquino que se despierta a las 5 de la mañana para dormirse a la media noche a causa de su trabajo, a punto de ser transferido a Londres. Pero de repente recibe un trabajo que es bastante inusual para alguien de su talla, organizar la librería nada austera, de los duques Went, "representantes" de todo Bowmry. Al principio Edward está decidido a pasarle la sosa tarea a alguien más y llenar de excusas el buzón de voz; pero se siente atraído por los libros, las texturas de las hermosas tapas de los libros medievales, las temáticas que no veía desde la Universidad y termina accediendo pero con la condición de encontrar el códice inglés "Un viaje a la tierra de los Cimerios" del autor coetáneo de Chaucer, Gervase de Langford.




En su búsqueda del códice Edward conoce a una erudita medieval en el Depósito Chenoweth para Manuscritos y Libros Raros. Esta chica le dice que no existe tal códice pero Edward se las maneja como el buen hombre de negocios que es para persuadirla mediante una falsa oferta de trabajo.

A lo largo del libro se nos explica la supuesta imposibilidad del códice, ya que en primera fue escrita en la época donde los libros no podían ser considerados medios de esparcimiento, únicamente para enseñanzas espirituales, científicas o técnicas hasta que llegaron los franceses con las ideas revolucionarias del romanticismo. Llegaron con dragones, épicas, con personajes de fantasía que podían tener el mundo a sus pies. Con la incursión del romanticismo llegaron los problemas porque las personas no eran capaces de distinguir la realidad, inclusive el rey Ernesto III tenía su propia mesa redonda arturesca.

El ser humano siempre ha buscado una salida de la monotonía, siempre ha querido tener la oportunidad de experimentar lo inexperimentado, ¿qué gracia tendría vivir en un mundo donde siempre haya leyes que retengan nuestra imaginación, rasgo casi inherente al ser humano? ¿Por qué no podemos inventar nuestros propios mundos donde todo sea a nuestro antojo y la sociedad responda a nuestras leyes, en lugar de las ya establecidas? El hombre siempre ha logrado hacerse un pequeño mundo aparte, pero la puerta principal son los libros que conocemos actualmente, donde se nos presenta una pequeña distorsión de la realidad y la posibilidad de alejarnos un momento de los agobios de nuestro universo e internarnos en otro distinto.


En la búsqueda se nos presenta la dualidad del ser humano, la parte lógica de la erudita nos dice que no es posible que tal códice exista, que sólo es imaginación de los duques. Pero la intuición y las corazonadas de Edward aseguran la existencia del códice, escondido en algún lugar.

En sí el códice trata acerca de una búsqueda espiritual del Santo Grial, el caballero deja solos a su esposa e hijo y a la mitad del camino encuentra posada en un castillo; ahí les habla un hombre-ciervo, que muy bien se puede interpretar como un pecador castigado en vida, el hombre-siervo les habla de la Capilla de la Rosa e inmediatamente el caballero se olvida del Grial.
Va a cazar al hombre-ciervo en conjunto del señor del castillo, llegando a una cueva el hombre-ciervo corre asustado del contenido de ella.
Las partes finales son obsesivas, enfermizas, hablan acerca de la muerte, de cómo los muertos reviven sin motivo y los vivos mueren sin razón. La historia se vuelve cíclica, el caballero una y otra vez realiza los mismos viajes e inclusive su hijo; la única diferencia es que el hijo llega al país de los Cimerios, un lugar extraño donde la luz solar parece atajada con una lente, siempre hace frío y el paisaje es en su mayoría llano.



Aunque Gervase de Langford no haya existido y el códice sea falso, el autor se tomó la molestia en usar un recurso literario medieval, la debilidad del hombre y la fragilidad de la vida, haciéndonos ver como esta tiene un enorme valor pero al mismo tiempo es fácilmente arrancada.


Lev se esforzó en representar a un autor medieval nada significativo, con una mente futurista a los cambios literarios que se iban a introducir pero sin cambiar la escritura representativa de los ingleses en la Edad Media y hacer un entero enigma en base a eso.

Otro elemento de este libro bastante interesante es MOMO, un videojuego de computadora que cautiva a Edward, pero este juego tiene remembranza con la vida de Edward, todo lo relacionado a su búsqueda del códice está plasmado en ese juego. Lo que en un inicio se cree que es escritura de relleno termina siendo un puente de paralelismo entre dos mundos distintos, el real y el virtual, y cómo algunas veces un juego puede tener la influencia de un libro. En resumen, se ve otro paralelismo y transición entre los libros y los videojuegos, de cómo pueden alterar la realidad, sumergirte en un mundo aparte y hacer que veas todo de otra forma al juntar tu parte creativa y tu parte racional.

Para concluir, quiero decir que este es un buen libro, hay mejores pero a mi parecer si lo ves de forma histórica y te molestas en buscar varias personas, escritores, términos y sucesos del libro es bastante interesante de leer y analizar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario